Algo más de 200 personas participaron en la decimotercera edición de la Marcha contra la macrocárcel de Zuera, conocida institucionalmente como Centro Penitenciario de Zaragoza, este domingo 13 de abril.
La marcha fue un poco lo de todos los años, el esfuerzo de la Iniciativa Ciudadana contra las Macrocárceles de recordar las personas que permanecen contra los muros de Zuera, castigo añadido a las familias que tienen que acudir hasta ese lugar en medio de ninguna parte, pero también una movilización con nuevos motivos por los que acudir al aparcamiento del talego, como la reciente muerte de dos mujeres presas en esta misma prisión.
Ya desde primera hora la motivación estaba fuerte. Una veintena de ciclistas arrancaron desde la plaza de la Madalena el recorrido, este año especialmente soleado, de casi 50kms que separa la macrocárcel de Zaragoza capital. Personas de Nafarroa, Madrid, Barcelona, Lleida… Se sumaron a las decenas de asistentes aragoneses, sobre todo zaragozanos y oscenses, que quisieron recordar, como decía la consigna de este año, que las personas presas siguen allí, aunque los medios pretendan ignorarla.
Un control por parte de la Guardia Civil, especialmente intimidatorio y numeroso, retrasó la llegada del bus, así como la de los vehículos particulares que se desplazaron hasta la prisión. La veintena de aguerridas ciclistas que acudieron también fueron retenidas durante casi 40 minutos y uno de ellos fue multado por no portar casco. Una vez en el aparcamiento de la cárcel, donde se desarrollan los actos de la Marcha, se dio lectura al comunicado, al tiempo que daban comienzo las emisiones de Rado Hawaii, frecuencia que solo emite un día al año y que rememora la radio del mismo nombre que emitía desde la cárcel de Torrero, y que viene a decir que esto no es Hawai (ni falta que hace) pero que las radios libres aragonesas tienen mucho que contar.
Alrededor del mediodía tuvo lugar un sentido homenaje a Isabel Aparicio, presa política del PCE(r) fallecida hace dos semanas con seria desatención médica en este mismo talego, en el que se recordó no solo a esta persona, sino también a todas las mujeres presas y a aquellas que sufren el aislamiento y la falta de atención por parte de la institución carcelera. El homenaje concluyó con tres canciones de Pablo Hasel, que recordó la lucha de las personas presas, para dar paso a una charla-mesa redonda, en la que tomaron parte Milenta, colectivo feminista que trabaja con las mujeres presas en Asturies, una familiar de un preso político vasco, una representante de Socorro Rojo y se presentó la campaña ‘Cárcel=Tortura’ con la idea de reactivar la lucha llevada por la desaparecida ASAPA durante más de una década.
Tras ello actuó el grupo los Mancusos, con sus improvisaciones teatrales que contribuyeron a animar el espacio del aparcamiento y se empezó el taller de escritura de cartas y postales a las presas, que solo se interrumpió para la comida vegana, elaborada este año de nuevo por el CSO Kike Mur, que traslada su comedor popular a Zuera. Después de la comida, hubo recital de poesía y concierto con Necesidad de Luchar, veterana banda zaragozana de punk-HxC anarquista.
Destacar que la marcha de este año no ha sido una más, sino que debe tomarse como un comienzo de otras cosas, especialmente del contacto entre colectivos que se espera fructífero y que extienda lazos de solidaridad desde fuera de los muros hasta dentro. Nos vemos en la XIV Marcha, con ánimos renovados y una Iniciativa Ciudadana contra las Macrocárceles que cumplirá 15 años de lucha anticarcelaria.
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